Puede que las condiciones fueran difíciles, pero nuestro espíritu permaneció impertérrito. Con cada pasada, con cada golpe de mazo, nos esforzábamos por conseguir la victoria. La lluvia sirvió de testimonio de nuestra perseverancia, alimentando nuestro impulso de triunfar contra todo pronóstico.
Cuando sonó el pitido final, los gritos de ánimo estallaron en las gradas, haciéndose eco de nuestro triunfo en el campo embarrado. Fue un momento de puro júbilo y alegría cuando levantamos en alto la Copa de Cheltenham, símbolo de nuestra victoria, ganada con tanto esfuerzo.
Nuestra victoria no sólo aseguró otro logro notable para nuestro equipo, sino que también nos impulsó más cerca de nuestro objetivo final: la defensa de nuestro título en los Premios Victor Ludorum en 2023. Cada punto conseguido por el camino es un testimonio de nuestra dedicación y pasión por este deporte.